Balance General de una empresa. Todo lo que debes saber.
El concepto balance general se puede aplicar en todo el ámbito financiero, pero se utiliza a menudo en el sector empresarial.
Su objetivo es resolver las dudas acerca de la rentabilidad de la empresa y de su futuro. ¿Está una empresa obteniendo beneficios? ¿Cuáles son todos sus recursos financieros?
Para resolver estas preguntas y todo lo relacionado con los ingresos y gastos de una empresa, se utiliza el concepto de balance general.
A continuación, te explicamos qué es un balance general, los diferentes tipos que existen y cómo se estructura correctamente.
¿Qué es un balance general?
El balance general es un documento que recoge detalladamente toda la información financiera de una empresa.
En el balance general se incluyen los activos (recursos que posee la empresa), pasivos (gastos que se deben pagar) y el patrimonio.
Al ser un documento puntual, se debe actualizar una o dos veces al año para conocer el estado financiero de la empresa de manera actualizada.
Este documento es muy útil para tomar decisiones importantes, valorar el rumbo que está tomando la empresa o en casos de compraventa.
Tener un balance general de la empresa permite tener un acceso a datos relevantes mucho más sencillo y rápido. Por ejemplo, conocer cuáles son los gastos recurrentes más altos o el patrimonio actual de la empresa.
Este documento no suele ser accesible para todo el mundo y se realiza por el departamento financiero de la empresa.
Aunque puede parecer muy complicado de realizar, su estructura es muy fácil y teniendo todos los datos necesarios a mano, no debería ser difícil completarlo.
Puede que hayas entendido el concepto de balance general pero no le veas la utilidad en la vida real. Por ello, vamos a poner varios ejemplos clave:
¿Cómo puede saber una empresa si tiene suficiente liquidez o si va a ir a la quiebra? El balance general es el documento perfecto para responder a esta pregunta. Dentro del balance general, se especificará cuánta capacidad de pago (a corto o largo plazo) tiene la empresa, y se valorará si es capital suficiente para solventar todos los gastos.
¿Para qué sirve un balance general?
Un balance general tiene como objetivos conocer el estado financiero de una empresa en un momento determinado.
Como hemos mencionado antes, existen situaciones en las que este documento es muy útil, por ejemplo:
- Cuándo se está valorando si la empresa tiene suficiente liquidez
- Posibilidad de quiebra
- Cuándo hay riesgo de endeudamiento
- Anualmente para conocer los beneficios de ese mismo año y comparar su crecimiento
- Comprobar su solvencia
- Recogida de datos para compraventa
En general, es un documento muy práctico para comprobar las finanzas de la empresa y saber en qué punto se encuentra. Normalmente, se realiza como mínimo una vez al año.
El documento debe estar redactado meticulosamente y sin olvidar ningún activo o pasivo, para poder ser riguroso con los datos que está aportando.
Hay que tener en cuenta que el balance general de una empresa es un documento muy importante y con mucha influencia en las decisiones financieras que puede tomar una organización.
Para preparar un balance general se requiere tiempo, por lo que si una empresa necesita este documento lo ideal es que lo planee y lo pida con antelación.
Tipos de balance general
El balance general es un concepto genérico que se utiliza para hablar sobre el análisis financiero global de una empresa.
Pero, dentro del ámbito financiero y empresarial, los balances generales se realizan con una información en concreto y para un objetivo.
Por este motivo, no existe un único balance general para todas las empresas y para cualquier momento. A menudo, se trabajan con cuatro tipos de balance general diferentes.
Balance general comparativo
Cómo su propio nombre indica, este balance general se realiza con el objetivo de comparar los datos financieros de una empresa en un periodo determinado.
Para que se pueda realizar un buen balance general comparativo es necesarios que ambos periodos que se vayan a comparar recojan el mismo tipo de información.
Este balance general de una empresa se suele realizar de manera anual para comprobar si el negocio tiene un buen rendimiento y cuánto ha aumentado sus ganancias de un año a otro.
Balance general consolidado
El balance general consolidado es un documento que recoge la información financiera de una empresa y de todas sus filiales. Es una manera sencilla de tener toda la información de un grupo financiero.
Solo se utiliza en grandes grupos de empresas y tiene como objetivo valorar y comprobar las actividades y operaciones que se han llevado a cabo durante un período de tiempo.
El método más fácil de preparar este documento es hacer un balance general previo de cada empresa, y unir toda esa información en el balance general consolidado.
Balance general estimativo
El balance general estimativo es un documento previo al balance general definitivo, que se utiliza a modo de aproximación.
Su objetivo es ser una especie de “borrador” para prever el rumbo y el estado de la empresa, de manera que se puedan tomar pequeñas decisiones que mejoren la situación.
Este documento está sujeto a cambios y correcciones, por lo tanto no se puede utilizar como referencia en la toma de decisiones importantes.
Los datos que ofrece el balance general estimativo son preliminares que servirán para realizar el balance general definitivo.
Balance general proforma
El balance general proforma es un tipo de balance “futuro”, que sirve para saber si un cambio, adaptación u operación, es viable o no.
Este documento se realiza con estimaciones futuras a partir de los datos que ya se han ido recogiendo durante otros años.
Aunque es similar al balance general estimativo, los datos que recoge este documento no son reales ni preliminares, son una proyección a futuro, basada en datos que sí han sido reales y corroborados.
Cómo funciona el balance general de una empresa
El balance general de una empresa sigue una estructura estandarizada desde el año 2021 según las pautas de la NIIF.
Este estándar divide el balance general en tres grandes pilares: los activos, los pasivos y el patrimonio.
Cada balance general debe realizarse siguiendo este estándar y dividiendo sus operaciones financieras e información en estas categorías.
Activos
Los activos son los bienes que posee una empresa, incluidos los bienes que no utiliza o no va a utilizar en un futuro próximo.
Dentro de la categoría de activos, existen varios tipos:
- Activos fijos: Los activos fijos son aquellos bienes que se mantienen estables durante el año y que no aportan una gran liquidez. Dentro de este grupo, se incluyen los bienes usados para el funcionamiento de la empresa, como el terreno o la maquinaria.
- Activos circulantes: Los activos circulantes son bienes que aportan liquidez a la empresa y que en periodos cortos de tiempo pueden convertirse en dinero. Estos activos se pueden vender, intercambiar o entregarse como pago. Algunos ejemplos de activos circulantes pueden ser servicios o artículos que se estén fabricando, deudas que se vayan a cobrar o inversiones a corto plazo.
- Activos diferidos: Los activos diferidos son aquellos bienes que la empresa ha comprado y pagado pero que no está utilizando en ese momento. Algunos ejemplos de activos diferidos pueden ser las patentes, licencias o pagos por adelantado.
Pasivos
Los pasivos son las deudas y obligaciones financieras que debe pagar la empresa. Al igual que los activos, se pueden dividir en tres tipos diferentes:
- Pasivo fijo o a largo plazo: Como su propio nombre indica, son deudas que la empresa debe pagar a largo plazo. Normalmente, con un margen de más de un año.
- Pasivo circulante: Los pasivos circulantes son las deudas a corto plazo que debe abonar la empresa. Normalmente, en un período inferior a un año.
- Pasivo diferido: Dentro de este grupo están las deudas que se crean por los servicios que se pagaron con antelación.
Patrimonio
El patrimonio es la sección del balance general dónde se agrupa el capital que dispone la empresa, las utilidades retenidas y acumuladas, y la reserva legal, en caso de tenerla.
Dentro de esta sección se recogen las donaciones, el capital invertido por los socios y la diferencia entre los activos y los pasivos, entre otros.
Cómo hacer balance general de una empresa
Para comenzar a realizar un balance general se debe disponer de toda la información financiera de la empresa.
En primer lugar, se dividen y categorizan los datos, en activos (circulantes, fijos o diferidos) y pasivos (a largo plazo, circulantes o diferidos).
Después, se calcula el patrimonio, que es el resultado de activos – pasivos. Hay que tener en cuenta que a los pasivos se debe sumar el capital de y la reserva legal de la empresa.
Por último, queda apuntar el resultado de las cuentas y comprobar si el rendimiento es positivo o negativo.
Aunque este procedimiento se puede hacer con cualquier hoja de cálculo e incluso manualmente, la mayoría de empresas utilizan un software específico para introducir, realizar y exportar estos datos.